Volvería a luchar para que se respete la dignidad

VIOLA CORELLA

Su vocación de maestra la llevó desde pequeña a investigar, expresar y, casi de manera natural, a incursionar en la política. “Yo le di bastante a la política; de hecho, dicen que soy un ícono del PAN, y yo creo que sí porque fui de las primeras que participé, que abrimos brecha yéndonos a las ciudades cercanas a hablar. Y tuvimos candidatas en muchas partes, gracias al trabajo que hicieron los panistas de Agua Prieta”.

Viola Corella Manzanilla fue diputada local y federal representando al Partido Acción Nacional. Es originaria de Agua Prieta, municipio al que buscó gobernar. “Desde pequeña le dije a mi papá que iba estudiar para ser maestra, y de chiquita juntaba a los chamaquitos del vecindario y les daba clases”.

VOCACIÓN POR LA ENSEÑANZA

A sus 83 años dice que ha vivido de todo, pero también asegura que, si volviera a nacer, repetiría cada uno de sus pasos. “Primero que nada soy maestra, pero fui muchas cosas, puse mi academia y enseñé baile, también instruí al ballet magisterial. Dios me permitió incurrir en algunas actividades que me dieron muchas satisfacciones”, dice con un gesto de agradecimiento.

Nos recibe para platicar con Ciudadanía Sonora en Ciudad Obregón en casa de María Sofía García Díaz, con quien la une una gran amistad que inició cuando las dos cursaron la carrera para convertirse en maestras; y añade “recuerdo que mi papá me compró una navidad un pizarroncito, borrador y todo y me sentí soñada”.

"La maestra Viola" nos dice que cariñosamente se refieren a ella muchas de sus alumnas y alumnos en Agua Prieta. Rememora con nostalgia sus inicios en la política. “Me involucré en 1979 con el candidato Luis Córdova Corrales, fue el primer presidente del PAN en Agua Prieta”.

Antes decía querida familia panista. Ahora digo querida familia de México. Tengan mucho cuidado al emitir su voto, piensen no en lo que puedan darles, sino en lo que van a recibir.

ORGANIZACIÓN Y MILITANCIA

En la administración de Luis Córdova no había en Agua Prieta comité del PAN, era una especie de delegación en la que tuvo bajo su responsabilidad la promoción política de la mujer. “Pero le puse otro nombre porque no dejaban a las mujeres casadas participar en política. Entonces les dije yo ‘vamos a hacer un club’ y le puse AFAN (Asociación Femenina de Acción Nacional PAN). Cada una tenía un grupo de cinco o diez, mujeres. Hicimos un grupo muy bonito; logramos una vez llenar de calle a calle la avenida de puras mujeres en menos de una hora”.

Reconoce que para las mujeres trabajar en la política “era muy difícil pero nosotros éramos como un club social, aunque hacíamos actividad política 100% y muchas otras actividades sociales como llevar comida a los asilos, material para que bordaran o tejieran las mujeres, para que se entretuvieran, a los hombres les entregamos juegos de dominó. Constantemente donábamos medicinas a lugares donde hacían falta y también llevamos a cabo actividades económicas como colectas o rifas”.

Viola Corella Manzanilla dice que la percepción de los hombres hacia el trabajo que realizaban las mujeres cambió por los resultados que obtuvieron por su trabajo.

“Después nos tuvieron hasta respeto porque nos veían como trabajábamos y como ayudábamos al partido, después eran los que más nos apoyaban”, bromea.

“YO PASÉ CÁRCEL”

A su cabeza llegan un cúmulo de eventos, actividades y recuerdos de su participación en política y de otro tipo ¿Cuál fue el mejor momento de su vida política? Responde, con la voz entrecortada, pero sin titubeos: “Cuando salí de la cárcel. Yo pasé cárcel, fui la única mujer que pasó cárcel. Recuerdo con afecto sobre todo la solidaridad de los presos con nosotros. Me tenían mucho respeto. Les ayudaba a dar la cena. Yo quería que Agua Prieta estuviera muy bien”.

“Estuve presa 17 días, los más largos de toda mi vida… Pero tuve muy buena suerte, porque me trataron muy bien. Fue por un tema político, nos sacaron sin antecedentes ni nada porque no teníamos nada que nos tacharan. Dice un corrido que hizo don Leonardo Yáñez (quien también compuso el corrido del Moro de Cumpas), -porque su hijo también fue preso en la misma ocasión- que ‘eran cinco hombres y una gran mujer”.

También relata de una agresión que sufrió en su casa, de la cual hasta el momento dice le quedan secuelas, “soy una sobreviviente, dicen los médicos que ‘de milagro vivo’, de la golpiza que me dieron me dejaron todo revuelto”.

Nos comparte sus experiencias como diputada local y federal, del impulso a temas educativos y de comunidades indígenas. “Me quisieron mucho los yaquis, siempre fui con ellos y llegaban a visitarme o pedirme algunas cosas que querían, les regalé a las mujeres yaquis de mi bolsa, unas máquinas adoberas para que hicieron sus casas”.

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