RAMONA: guardiana de los saberes Comca ´ac

Por Alba Lorena Enríquez Nevárez

Se acerca la panga que cruzará el Canal del Infiernillo desde Punta Chueca a la Isla Tiburón. Las mujeres son las primeras en subir, entre ellas se encuentra Ramona Barnett Astorga, una mujer pequeña que sube con la agilidad de una joven, aunque debe tener casi 80 años, sonríe y, como un saludo, toca el agua con la punta de sus dedos, al mismo tiempo que comienza un canto casi inaudible. Ramona, también se comunica así con las plantas. Nada en la naturaleza que rodea su comunidad le es ajeno, ya que la cultura de su pueblo está estrechamente ligada a la naturaleza y, por lo tanto, dentro de una relación de respeto, pues saben que dependen del mar, los animales y plantas del desierto para subsistir. .

Ramona

SER ABUELA DE TODAS Y TODOS

Ramona pertenece a la comunidad comca ´ac, uno de los ocho pueblos originarios de Sonora. Los comca ´ac, que todavía el siglo pasado tenían un estilo de vida seminómada, se han asentado principalmente en dos localidades ubicadas en la costa desértica: Desemboque, localizado en el municipio de Pitiquito, y Punta Chueca, en el municipio de Hermosillo. Aunque ella nació en la Isla Tiburón, la más grande de México, y que pertenece a su pueblo, vive en Punta Chueca, y es ahí, en medio del desierto, donde aprende de sus ancestros los saberes y tradiciones que forman parte de la historia e identidad de un poco más de mil miembros de la Nacion Comca ´ac. Formó una familia junto a Don Antonio Robles, quien fue presidente del Consejo de Ancianos durante muchos años, y fue madre de dos hijas y cinco hijos. Es considerada abuela de todos en la comunidad, por ello la conocen como la Nana Ramona.

Ramona En este país, ser mujer no es algo sencillo y ser mujer indígena es aún más difícil, sin embargo, Ramona Barnett tiene el respeto y reconocimiento de su pueblo. Su voz tiene peso en las decisiones de su comunidad. Fue presidenta del Consejo de Ancianos al cual todavía pertenece y es depositaria de saberes ancestrales: como los cantos tradicionales que cuentan el origen e historia del pueblo comca ´ac y su relación con el entorno, de los que pocos conocen el significado pues tienen un origen muy antiguo. Además de conocer y transmitir a los más jóvenes la importancia de las fiestas y rituales, la medicina tradicional y el uso de las plantas “de poder”, Ramona sana con sus manos y su voz, no se jacta de ello, es un saber natural en ella y lo practica con generosidad.

Como casi todas las mujeres de su comunidad, que también se dedican a la recolección y la pesca, Ramona es artesana. Para cuidar la biodiversidad de su territorio, pues saben que su pueblo depende del frágil equilibrio de los esteros, el mar y el desierto, las artesanas cuidan de solo tomar las plantas, caracoles y conchas que necesitan para elaborar los collares y pulseras que venderán para subsistir. Hay tanto que aprender de Ramona y su pueblo, como la forma de organizarse para tomar decisiones, el respeto que tienen por el territorio heredado de los ancestros y el valor que dan a los seres vivos con quienes comparten los días y las noches del desierto.

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