Nuevas formas de participación ciudadana
Dr. Daniel Rodarte Ramírez
Consejero Electoral del IEE Sonora
En términos generales, la democracia directa es una
forma de gobierno en la que las y los ciudadanos
eligen a sus representantes en elecciones libres y
periódicas; mientras que la participación ciudadana
se refiere a la toma de decisiones a través de figuras
como la iniciativa popular, plebiscito, el referéndum,
la consulta pública y el presupuesto participativo. Sin
embargo, hay nuevas formas de democracia directa
que están surgiendo en todo el mundo, y que están
permitiendo a las y los ciudadanos tener un papel
mucho más activo y directo en la toma de decisiones
políticas.
MODELO INNOVADOR
Una de las formas más innovadoras de democracia directa es la
llamada "democracia líquida" que es una idea relativamente nueva,
y su concepto fue propuesto por primera vez en la década del 2000.
Desde entonces, ha ganado popularidad entre los activistas políticos
y los defensores de la democracia participativa en todo el mundo.
Esta nueva forma de participación permite a las y los ciudadanos
delegar su voto a representantes de su elección para temas
específicos. Por ejemplo, un ciudadano o ciudadana podría elegir
a un representante para temas de salud, otro para temas de medio
ambiente, y así sucesivamente. Si la o el ciudadano no está satisfecho
con el desempeño de un representante, puede cambiar su voto y
asignar su voto a otro representante.
La democracia líquida es un modelo de democracia
participativa que combina elementos de la democracia
representativa y la democracia directa. En este sistema,
las y los ciudadanos tienen la oportunidad de votar
directamente sobre los asuntos importantes, mientras
que también tienen la opción de delegar su voto en
representantes elegidos que actúan en su nombre. La
idea detrás de la democracia líquida es que las y los
ciudadanos pueden tener un mayor control y participación
en el proceso político, al tiempo que se benefician de la
experiencia y conocimiento de los líderes electos.
Una de las principales ventajas de la democracia líquida
es que permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad
en el proceso político. Las y los ciudadanos pueden
delegar su voto a un representante que tenga
experiencia o conocimientos en un área determinada,
como la economía, la salud o la educación. Esto puede
aumentar la calidad de las decisiones tomadas, ya que
los representantes pueden estar mejor informados y
capacitados que la mayoría de los/as ciudadanos/as.
Además, la democracia líquida puede ayudar a
reducir la brecha entre los ciudadanos y los políticos.
En la democracia representativa tradicional, las y los
ciudadanos eligen a sus representantes, pero después de
la elección, pueden sentirse desconectados del proceso
político. Con la democracia líquida, las y los ciudadanos
pueden seguir participando y votando en cuestiones
importantes en cualquier momento, y no solo durante las
elecciones. Esto puede fomentar una mayor participación
y compromiso cívico.
TECNOLOGÍA Y PARTICIPACIÓN
Otra forma de democracia directa que está emergiendo
es el uso de la tecnología para permitir la participación
ciudadana en tiempo real en la toma de decisiones
políticas. Por ejemplo, algunas ciudades de Europa
han utilizado aplicaciones móviles para permitir
a ciudadanos/as informar sobre problemas en su
comunidad y votar sobre posibles soluciones al respecto.
De esta manera, las y los ciudadanos pueden participar
en la toma de decisiones en tiempo real, sin tener que
esperar a la próxima elección o consulta pública.
Estas nuevas formas de democracia directa están
permitiendo a las y los ciudadanos tener un papel mucho
más activo y directo en la toma de decisiones políticas y
promueven la transparencia, y la rendición de cuentas,
lo que puede mejorar significativamente la calidad de la democracia y la satisfacción de ciudadanos/as con
el gobierno. A medida que la tecnología continúa
evolucionando, es probable que veamos aún más
formas innovadoras de democracia directa en el futuro.
LA LOTOCRACIA
Otra de las novedosas formas de participación
ciudadana es la "lotocracia" que es un término que
se refiere a un sistema político en el cual el poder
se distribuye a través de la suerte o el azar. En este
sistema, líderes y representantes son elegidos mediante
un proceso de selección aleatoria, como una lotería, en
lugar de ser elegidos por votación popular o nombrados
por algún otro medio.
Este tipo de sistema ha sido propuesto como una
alternativa a la democracia representativa tradicional,
que algunos ven como limitada y corrupta. La lotocracia
se basa en la idea de que todas las personas tienen la
misma posibilidad de ser elegidas para ocupar un cargo
público, independientemente de su riqueza, estatus
social o habilidades políticas. Según sus defensores,
esto puede conducir a una mayor representación de
las voces y necesidades de la población en su conjunto.
Sin embargo, la lotocracia también ha sido criticada por
varios motivos. En primer lugar, algunos argumentan
que el hecho de que los líderes y representantes
sean elegidos al azar significa que pueden carecer
de las habilidades y conocimientos necesarios para
desempeñar sus funciones de manera efectiva. Además,
existe la preocupación de que los intereses especiales
puedan tratar de influir en el proceso de selección para
elegir a candidatos/as que se alineen con sus agendas.
Otro problema potencial es que, al basar la selección de
líderes en la suerte en lugar de en la elección popular, se
puede socavar la legitimidad del sistema y la confianza
del público en él. En una democracia representativa,
los líderes son elegidos por la mayoría de los votantes,
lo que da a los ciudadanos/as un sentido de control y
poder sobre el proceso político.
Como puede advertirse, los avances tecnológicos
han orillado a las autoridades electorales a promover
las reformas legales necesarias para adecuar el marco
normativo a la realidad imperante y estar en posibilidad
material y jurídica de promover y aplicar estas nuevas
formas de participación ciudadana.