Un espacio de inclusión, conocimiento y libertad en la Unison

Es un amplio espacio, semejante a esos en los que laboran los equipos creativos en las agencias de publicidad. Hay repisas con juegos de mesa, escritorios, juguetes armables, rompecabezas, cubos rubik, afiches de cómics o películas, manualidades, pantalla gigante, consolas de videojuegos, tableros de ajedrez… Cualquiera querría llevar clases o estudiar en un lugar así.

Este salón se encuentra en la Universidad de Sonora, en el edifico 8 A del Campus Hermosillo y se llama Área de Apoyo de Educación Inclusiva, la cual depende de la subdirección de bienestar estudiantil. El encargado es el psicólogo Javier Fernando Cuevas Ríos, quien nos relató que al área acuden entre 20 y 30 alumnos/as diariamente. “Vienen aquí porque se sienten a gusto. Llegan, por ejemplo, estudiantes trans y otros/as que no tienen una atención específica, pero todos se aceptan y conviven”.

Javier calcula que cada vez se suman más alumnos/as, conviven y se “conectan”, situación que genera la existencia de clubes de juegos de mesa, de videojuegos y otras aficiones. Y por supuesto que el asunto académico es de vital importancia para el desarrollo de las y los asiduos al área así que también ahí realizan tareas y reciben asesorías. “Por ejemplo, viene un estudiante de la escuela de física a compartir su conocimiento a estudiantes con alguna discapacidad; maestros de distintas materias se enteran que existe nuestra área y se suman a compartir su conocimiento”.

Psicólogo Javier Fernando Cuevas Ríos

TALLERES

Las y los alumnos del Área de Apoyo de Educación Inclusiva se encuentran rodeados de aulas especiales, de salas interactivas que, por supuesto, las aprovechan al máximo. Prueba de ellos son el club de debate que han organizado regularmente. O los grupos de discusión en el que plantean un problema y entre todos/as lo resuelven y se llega a una conclusión general. “Recientemente vino un colectivo feminista que se expresan a través del bordado, es decir cuando ellas bordan hacen su manifestación en esos tendederos: por ejemplo, crean y eligen las frases y las bordan en telas, playeras u otras prendas. Con ellas hay taller los miércoles aquí”.

TODAS Y TODOS CABEMOS AQUÍ

Con respecto a las y los muchachos, niños y niñas que acuden a esta área, Javier nos aclara que “convivimos aquí con todos los tipos de discapacidades. Ahorita los más numerosos son estudiantes con discapacidad psicosocial en la cual se encuentran los trastornos de espectro autista, de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Trastorno por Déficit de Atención (TDA). También vienen estudiantes sordos que se comunican por la Lengua de Señas Mexicana; otros con sordera parcial y saben hablar en español o son hipoacúsicos –así se les conoce a quienes escuchan muy poco-.”

“Es apasionante trabajar con estas/os jóvenes, aunque a veces resulta sumamente cansado, porque hay muchos problemas de varios tipos que representan todo un reto para nosotros. La discapacidad si bien no se mide en números, se mide a través de impactos: una discapacidad genera mucho impacto en más de 30, 40 o 50 personas, inclusive en 800 gentes puede generar influencia una sola persona así; entonces por esos impactos que se gestan es que tenemos que empezar a trabajar y prepararnos más”.

Mónica Sofía Samaniego

Mónica Sofía Samaniego es alumna de la carrera de diseño gráfico en la Unison y cursa el segundo semestre. Se decidió por esta carrera inspirada en la diseñadora gráfica Leslie Mosier con la que comparte, además, su amor por los perros pug. Nos platicó que ella tiene una condición autista. “Pienso en cosas diferentes y creo que las cosas que me gustan no están de acuerdo a mi edad”. Sofía nos compartió que gusta de acudir frecuentemente al salón del Área de Apoyo de Educación Inclusiva para realizar tareas, a convivir y ser parte de las actividades que se realizan en este espacio.

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