En Sonora y en México vivimos un momento crítico y la polarización no contribuye a hacer frente a los grandes retos y problemáticas que tenemos como país. Por eso, en Movimiento Ciudadano asumimos el compromiso de estar a la altura de ésta época para construir, con la ciudadanía, una alternativa de cambio, pensando en el presente y hacia el futuro de las y los habitantes del estado.

En una seria reflexión vemos que, desde la alegría, como un derecho, debemos dar la batalla. Porque es en la alegría en la que habitan todos los derechos y posibilidades.

La alegría se convierte en ese anhelo que nos permite luchar para recuperar la esperanza.

Nos asumimos como el Movimiento de la Alegría, desde la visión de transitar solo y sí tenemos una causa para representar y defender de las y los ciudadanos, porque cambiará sus vidas y volverán a sonreír. Somos un grupo de hombres y mujeres; de todas las edades; personas diversas en pensamientos, luchas y sueños, pero que nos une el objetivo de que todas las personas deben vivir todos los derechos.

EDUCACIÓN, CULTURA Y DERECHO

Somos quienes motivamos la evolución para una nueva generación que está lista para dar incontables batallas cívicas, con propuestas y proyecto. Desde lo local, desde cada espacio público y ciudadano, con una revolucionaria sonrisa para defender el derecho a la salud, al trabajo, al agua, a la educación y la cultura, a un medio ambiente sano, a que se garanticen cada uno de los derechos humanos para poder vivir en plenitud y por añadidura estar alegres.

Cuando decimos que luchamos por el derecho a la alegría, nos referimos a que no falte alimento en las mesas de cada familia, a salarios y vacaciones dignas, que cada niña y mujer de Sonora pueda caminar segura por las calles, viviendo libres y sin miedos. Es garantizar espacios para el desarrollo humano, donde desde la infancia se puede crecer en paz accediendo a una buena educación que también sea incluyente. Nuestra lucha por el derecho a la alegría tiene también conciencia ambiental, porque es una apuesta para que vivan en mejores condiciones las futuras generaciones, con energías limpias y en reconciliación con la naturaleza.

Reconocemos que la alegría es pensar diferente, disentir y dialogar, para construir sin odios, rencores, ni persecuciones.

La alegría es un derecho y un deber, pero sobre todo es el camino de la reconciliación, la paz y la prosperidad. La alegría es causa, destino y bandera.